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A mediados de agosto, llegó el momento de partir. Aterricé en Charleroi sudado como un pollo, donde cogí un autobús dirección Bruselas. Una vez en la capital, tomé un taxi que me dejó enfrente la puerta de casa. Recuerdo no estar demasiado inquieto, pero sí sentir una curiosidad nerviosa por conocer a mis nuevos/as compañeros/as de piso. Llamé a Simon, uno de los camaradas, el cual me abrió la puerta y me acompañó a mi habitación. Aparte de Simon, los/as otros/as inquilinos/as eran Javier, un local de madre madrileña, Jonathan y Marie. Todos/as ellos/as eran belgas francófonos/as, por lo que la lengua que escuché durante cuatro meses no fue precisamente el neerlandés, el otro idioma predominante de la ciudad. Mi relación con ellos/as fue bastante buena, aunque no logramos forjar fuertes lazos de amistad. Comimos muchas tartiflettes juntos, eso sí.
Buenos días, comunidad ⛈️.
El párrafo que acabáis de leer es un fragmento del nuevo artículo que hace escasos minutos hemos publicado en la sección OLS Blog. ¿De qué trata? Tal y como el título indica, os cuento mi experiencia Erasmus+ en Bruselas, una de mis ciudades favoritas. Viví en la capital de Bélgica (y de Europa) durante 4 meses, donde hice unas prácticas laborales en una organización internacional, cuyo nombre no es relevante para la historia. Pese a la pandemia, fue un período muy formativo y de gran crecimiento personal.
El artículo, que encontraréis EN ESTE ENLACE, es en castellano y está escrito en primera persona, un punto de vista narrativo muy útil a la hora de aprender idiomas.
¡Buena lectura! ❤
Bernat, OLS Community Manager – Español