Entrevista: Nacho Dean
Source: Nacho Dean
Hola, locos/as exploradores/as ✋. En esta entrevista, hablamos con Nacho Dean, un joven español con dos pasiones principales: las expediciones y la protección del planeta. Es conocido por sus aventuras salvajes, entre las cuales destaca la vuelta al mundo... ANDANDO. La verdad es que es muy inspirador conocer personas como Nacho, las cuales transmiten pasión, energía y, sobre todo, optimismo. ¡Buena lectura!
Hola, Nacho, ¿te puedes presentar a la comunidad?
Hola, me llamo Nacho Dean. Soy naturalista, explorador profesional y divulgador. Me conocen por haber sido la primera persona en la historia que ha conseguido dar la vuelta al mundo caminando y unir nadando los 5 continentes. Nací en Málaga y, actualmente, estoy navegando a vela alrededor de la Península Ibérica en una expedición científica y divulgativa que lleva por nombre la España azul.
¿Cómo llegaste a convertirte en un aventurero activista?
¿Cuál es tu formación?
Estudié Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Complutense de Madrid y, posteriormente, hice un grado en gestión de recursos forestales y paisajísticos. Esto último era lo que realmente me apasionaba. Por lo tanto, tengo formación de sociología, psicología, creatividad y diseño, así como en medio ambiente y sostenibilidad.
¿Nos explicas qué es Earth Wide Walk?
Es el nombre que le puse a la expedición que me llevó a dar la vuelta al mundo caminando para documentar el cambio climático. Fue un viaje que emprendí el 21 de marzo de 2013 rumbo al este desde el kilómetro cero de la Puerta del Sol de Madrid. Durante 3 años, recorrí 33.000 km, 4 continentes y 31 países. El 20 de marzo de 2016 llegué de nuevo a la Puerta del Sol, pero esta vez por el oeste. Esta aventura fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Os recomiendo leer mi libro Libre y Salvaje, donde explico todas mis vivencias.
Exactamente, ¿cuál fue el recorrido?
Como decía, partí de España y pasé por Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Serbia, Bulgaria, Turquía, Georgia, Armenia, Irán, India, Nepal, Bangladés, Tailandia, Malasia, Singapur, Indonesia, Australia, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, México, Estados Unidos y Portugal. Tres años después, regresé con una barba muy larga y 12 kilos menos, pero con muchos, muchos aprendizajes.
¿Cómo es viajar a pie?
¿Cómo viste el planeta?
He podido observar la cara y la cruz de una misma moneda. Por un lado, he visto que vivimos en un mundo espectacular, una maravilla. Si descubriéramos un planeta como el nuestro en el espacio, alucinaríamos. Por otro lado, también he visto lo castigada que está La Tierra como consecuencia de la actividad humana. En este sentido, pude observar en primera persona las tres principales amenazas de nuestros tiempos, que son el calentamiento global por el uso de combustibles fósiles, los altísimos niveles de contaminación y la pérdida de biodiversidad.
¿Cómo se tiene que hacer activismo climático?
Yo creo que hay que hacer activismo con datos científicos y desde un punto de vista objetivo. El problema son las diferencias de opiniones subjetivas, las cuales crean confusión. Después, pese a que la realidad es dramática, el ser humano necesita esperanza. Es más fácil convencer a alguien de que cuide el monte llevándolo al bosque o a la montaña. No puedes proteger ni amar lo que no conoces. En este sentido, animo a todo el mundo a pasar más tiempo en la naturaleza porque está llena de aprendizajes. Vivimos en un planeta que merece la pena cuidar.
¿Somos realmente conscientes del cambio climático?
No, pero el ser humano tiene una falta de conciencia generalizada, no solo sobre el cambio climático. En cualquier caso, no solo se trata de tener conciencia, sino de que eso se traduzca en acción. Uno tiene que ser consecuente y coherente.
¿Cómo podemos actuar como sociedad y también a nivel individual?
Es necesaria una actuación global, ya que una acción aislada sirve de poco. La ciudadanía tiene que cambiar sus hábitos de consumo y su estilo de vida, pero no podemos poner todo el foco y la responsabilidad en las personas. Las empresas también han de modificar su manera de fabricar productos y de ofrecer servicios. Y, por supuesto, las autoridades deben legislar pensando en el planeta. Tenemos que actuar todos a una, de lo contrario vamos a estar demorando el problema eternamente. A nivel individual, hay muchas cosas que podemos hacer. Por ejemplo, intentar ir a los sitios a pie, en bicicleta o en transporte público; consumir productos locales y de temporada; comprar ropa de algodón orgánico o hecha con antiguas redes de pesca; hacer turismo sostenible y regenerativo; comunicar, poner en marcha un blog o formar parte de asociaciones. En resumen, tenemos muchas opciones a nuestra disposición.
¿Cómo era un día normal de caminata?
Cada día era diferente, pero normalmente me levantaba cuando salía el sol. Posteriormente, recogía mi tienda de campaña, desayunaba, estiraba un poco y empezaba a andar. Caminaba una media de 45 km al día, en diez, doce o catorce horas. Cuando llevas andando mucho tiempo, lo haces casi como respirar. A veces, disfrutas del paisaje, otras te aburres porque estás en un lugar monótono, como en el desierto de Australia. En estos momentos, hablas solo, cantas, silbas, te inventas papeles de películas o das discursos. Luego, antes de que anocheciera, buscaba un sitio donde poner la tienda y dormir. Por otro lado, cuando estaba en ciudades hacía un poco de turismo. También escribía y tomaba fotos, dos cosas que me gustan. Caminar te inspira mucho porque vas atravesando culturas, conociendo personas y viviendo experiencias.
¿Dónde dormías?
En 3 años, que son 1.095 días, dormí más de 800 noches en mi tienda de campaña: en junglas, desiertos, bosques, playas o en la montaña. El resto, 200 y pico, resguardado bajo techo: en casas, comisarías de policía, templos budistas, mezquitas o iglesias. A veces, el entorno es peligroso por la fauna o por la delincuencia, de modo que tienes que buscar un sitio donde dormir protegido.
¿El viaje lo preparaste mucho o lo improvisaste?
Estuve 9 meses trazando un itinerario y preparando un calendario provisional. También, poniéndome vacunas, contactando embajadas, intentando conseguir financiación, abriendo una página web, creando cuentas en redes sociales, haciendo entrevistas a medios de comunicación, etc. Hubo mucha planificación. Pero es un viaje muy largo y sobre la marcha las cosas cambian. Por ejemplo, llegué a Siria y había una guerra, entonces no pude cruzarla como tenía previsto y la tuve que rodear. Luego, modificas tus planes porque conoces a gente local que te va recomendando cosas o suceden imprevistos.
¿Viajabas con un carrito, no?
De los países que visitaste, ¿cuál es el que más te sorprendió?
Muchos, pero Eslovenia me sorprendió muy gratamente. Es un país pequeño y verde del cual no había escuchado casi nada. Además, las personas eran muy hospitalarias. También me fascinó Australia, un lugar fantástico si te atrae la aventura y la naturaleza salvaje. De los países de habla hispana, me encantó Perú y me gustaron mucho México y Costa Rica. Realmente, es difícil quedarse con uno.
¿Y el que menos?
Seguramente, es injusto decirlo, pero hubo dos países que me costaron. Por los altísimos niveles de contaminación, la cantidad de basura, la calidad de la comida y la poca salubridad, la India fue dura para mí. Tienes que extremar las precauciones porque si comes algo en mal estado puedes contraer la fiebre tifoidea o si te pica un mosquito puedes agarrar el dengue o la malaria. Pero, a la vez, también fue muy intenso y formativo. Tenía la sensación de estar en un sueño, viviendo una novela. Es un lugar superdiferente. Luego, por temas de delincuencia, El Salvador fue difícil. Hay gente fantástica, pero existe mucha, mucha delincuencia. No sabría decirte si caminar por el país fue un ejercicio de valentía o de temeridad. De hecho, crucé El Salvador con escolta de policía.
¿Durante el viaje tuviste alguna mala experiencia?
Me han asaltado varias veces con machetes, por ejemplo. Son momentos muy crudos, donde esa visión romántica y poética de dar la vuelta al mundo caminando desaparece. Afortunadamente, los conseguí superar y aquí estoy, hablando contigo.
Source: Nacho Dean
¿Cuál fue el momento más especial del viaje?
Pues te diría varios. Un momento muy, muy bonito fue el día uno, cuando di el primer paso, puesto que empecé a hacer realidad un sueño. Sin duda, también fue muy especial el día que regresé, después de 3 años, con todas las vivencias. Durante la propia expedición, evidentemente, he vivido momentos increíbles. Por ejemplo, dormir en el desierto de Atacama, en Chile, el cual es el desierto más árido del mundo. Los cielos de allí, tan estrellados, eran espectaculares. También, la gente maravillosa que he conocido. Vemos las noticias y todo es pesimismo, pero yo soy la prueba viva que el ser humano merece la pena. Si la gente no fuera buena, no habría llegado ni a Francia.
¿Cómo te cambia un viaje así? ¿Cuál ha sido la enseñanza más importante?
Evidentemente, sufres unas transformaciones físicas, pero los cambios importantes son los que vives en el interior. La expedición la comenzó un chaval joven con una visión poética del mundo y la terminó una persona más consciente de la vida. Pero el mayor aprendizaje es la gratitud. Cuando regresas de ver cómo vive el mundo, te das cuenta de que somos unos privilegiados y aprecias todo muchísimo más. Tenemos luz, bebemos agua potable, comemos cinco veces al día, llevamos ropa, dormimos en una cama y podemos calentar nuestro hogar en invierno. También vuelve una persona muy consciente del milagro que es estar vivo y de lo valioso que es el tiempo, el cual no se puede comprar ni ahorrar.
¿Qué es la Expedición Nemo?
Es una expedición que emprendí unos años después, entre 2018 y 2019, que me llevó a unir nadando los 5 continentes para lanzar un mensaje de conservación de los océanos. Durante la vuelta al mundo caminando, vi unos niveles muy altos de contaminación en las costas, sobre todo por plásticos. Entonces, pensé que tenía una deuda pendiente con el océano. El 70% del planeta es agua y, por lo tanto, la salud de los mares es muy importante para la salud de la humanidad. El océano es el pulmón del planeta, no el Amazonas. En 2020, publiqué mi segundo libro titulado La llamada del océano, donde narro la aventura.
¿Cuál fue el recorrido?
- Crucé el Estrecho de Gibraltar, uniendo Europa con África.
- Nadé desde Grecia hasta Turquía, uniendo Europa con Asia.
- Atravesé el estrecho de Bering, desde Alaska hasta Rusia, uniendo América con Asia.
- Nadé en el Mar de Bismarck, desde Papúa (Indonesia) a Papúa Nueva Guinea, uniendo Asia con Oceanía.
- El quinto y último que crucé fue el Mar Rojo, desde Egipto hasta Jordania, uniendo África con Asia.
En total, nadé 2.500 km.
¿Cómo es la situación de los mares y de los océanos? ¿Qué viste?
Pues, vi un mundo espectacular. He visto delfines, calderones, cachalotes, ballenas jorobadas, peces luna, peces espada y aves migratorias, entre otros. Nosotros somos seres terrestres, nos gusta el suelo firme. La línea de la costa marca la frontera con el mundo desconocido, que es el océano. Fíjate que lo llamamos Planeta Tierra, cuando debería ser Planeta Agua. El mar es un lugar de fantasía, un mundo increíble que desgraciadamente está muy castigado por la pérdida de biodiversidad, la sobreexplotación pesquera, el calentamiento global y la contaminación.
¿No tenías miedo, JAJA?
Estaba acojonado. Había estrechos en los que me tiré a nadar deseando llegar a la otra orilla y salir. Pero claro, quien algo quiere, algo le cuesta.
¿Qué podemos hacer en nuestro día a día para proteger los océanos?
¿Qué estás haciendo en estos momentos?
Ahora mismo hablar contigo, aquí, a través del ordenador, JAJA. Estamos en una expedición científica y divulgativa navegando a vela alrededor de España, que se llama La España Azul. Comenzamos en septiembre de 2022 en el País Vasco y terminaremos en junio de 2023 en Cataluña tras recorrer todo el litoral. Estamos documentando el estado en el que están nuestras costas desde el punto de vista de los plásticos y microplásticos, con el respaldo del Ministerio de Transición Ecológica y la Universidad de Cádiz. Otro pilar muy importante es la divulgación. Estamos haciendo actividades de ciencia ciudadana, que es acercar la ciencia a la sociedad a través de limpiezas de playas, charlas en colegios o invitando a personas al barco para que conozcan la labor que realizamos.
¿Alguna cosa que nos podáis avanzar sobre cómo están los mares?
El cien por cien de las muestras analizadas en el laboratorio de la Universidad de Cádiz contienen microplásticos. Ahí te dejo el titular.
¿Qué planes tienes para el futuro?
No descarto dar una vuelta al mundo navegando a vela. Pero no solo un viaje, sino una expedición científica con un barco escuela, invitando a estudiantes, profesores, científicos, etc. Quiero que mis retos personales y mis expediciones tengan un componente divulgativo, científico y educacional. Ese es un poco el proyecto que vislumbro.
¿Algún mensaje que quieras dar a los jóvenes/as de la comunidad?
Muchísimas gracias, Nacho :-)
Gracias a vosotros/as. Saludos.
Aquí termina la entrevista, compañeros/as. Como decía al principio, hablar con personas como Nacho es muy inspirador. Por un lado, te transmiten la pasión por el planeta y, por el otro, te despiertan las ganas de hacer locuras JAJA.
Bernat, OLS Community Manager – Español