Tiene que ser divertido verlos jugar. A mí lo que me gusta de los gatos (aunque a veces me desespera) es que son impredecibles. Nunca sabes muy bien si tendrán ganas de mimos o de estar solos. En cualquier caso, con el tiempo, terminas conociéndolos. El modo de mover normalmente te da pistas sobre como uno/una se tiene que comportar con ellos jaja