
Source: Bernat, OLS Community Manager
¡HOLA, VIAJEROS Y VIAJERAS!
Una de las mayores preocupaciones del viajero es no enfermarse al comer fuera de casa. Probar la comida callejera local es muy tentador, pero a veces puede no ser una decisión acertada.
Normalmente, nos intoxicamos al ingerir algún alimento en mal estado, tras beber agua no tratada o al entrar en contacto con bacterias a las que nuestro cuerpo no está acostumbrado. Las consecuencias no son nada placenteras, especialmente si te encuentras en un autobús.
Desgraciadamente, he sufrido varias intoxicaciones alimentarias, pero hay una en particular que nunca olvidaré:
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, MÉXICO, 2021
Era un viernes por la noche cuando me dije: hoy quiero tacos.
Fui a dar un paseo por la ciudad y encontré una taquería local con muy buenas reseñas. Pedí la comida para llevar y me la comí con mucho entusiasmo en casa.
Dormí relativamente bien y me levanté a las 5 de la mañana para ir a visitar unos lagos con un tour organizado. Después de un par de horas de trayecto, empecé a sentirme extraño, un poco mareado. “Serán las curvas”, pensé. Estaba equivocado.
Durante todo el tour, reprimí con mucho sufrimiento las ganas de ir al baño y de vomitar. La gente me hablaba, pero yo trataba de aislarme, porque no quería que me vieran en esas condiciones lamentables.
A media tarde, me di cuenta, además, de que tenía fiebre. La temperatura exterior era de 33 grados, pero a mí me parecía que estábamos en Siberia. El viaje de vuelta duró 5 horas y fueron las peores 5 horas de mi vida. Lo pasé fatal, sobre todo cuando tuve que pedir al conductor por tercera vez que parara en algún bar para que pudiera ir al baño.
Llegar a casa fue un alivio, pero mi intoxicación me tuvo K.O. durante una semana. Fui a ver a un médico y me dijo que había agarrado una salmonela, probablemente tras comer verdura cruda lavada con agua contaminada. Como habréis visto en la foto de arriba, había mucha verdura cruda en aquellos malditos tacos.
Eso es todo. Me dan escalofríos solo de pensarlo, JAJA.
Bien, ahora es vuestro turno. En los comentarios, os invito a compartir historias estomacales vividas durante vuestros viajes, las cuales, con el pasar del tiempo, siempre son divertidas de recordar. Por el bien de todos y todas, no hace falta entrar en detalles.
¡HASTA LUEGO!
Bernat, OLS Community Manager – Español